Len Lawson (Florence, Carolina del Sur, USA), es el autor de Chime (Get Fresh Books, 2019) y el chapbook Before the Night Wakes You (Finishing Line Press, 2017).
Su poesía ha sido nominada al Premio Pushcart y Best of the Net. Ha recibido becas de Callaloo, Vermont Studio Center, Virginia Center for the Creative Arts, Obsidian Foundation y otros. Su poesía aparece en African American Review, Callaloo, Mississippi Review, Ninth Letter, Verse Daily, Yemassee y otros. Len también es candidato a doctorado en Literatura y Crítica Inglesa en la Universidad de Indiana de Pensilvania, obtuvo el Premio al Estudiante de Doctorado Sobresaliente IUP 2020. Ha enseñado inglés en la educación superior de Carolina del Sur durante más de diez años.
Con estos cinco poemas que traduje al español y leerán a continuación, sabrán que la voz poética de Len Lawson es fuerte, dinámica y valerosa.
El autor se pronuncia ante la sangre de los afroamericanos en las manos de su país y desde el fuego de su propio torrente sanguíneo para avivar el soplo de vida. Su voz, con poemas ingeniosos, da la cara al dolor y a la muerte enmarcados en la historia y en a las problemáticas raciales y culturales actuales que enfrenta su comunidad.
1.Botellas rotas
No éramos una pandilla. No éramos ladrones ni traficantes de drogas. Ni siquiera éramos talentosos. Éramos inocentes y nos reunimos para jugar. Ninguno de nosotros se preguntó tan siquiera cómo fue que las botellas llegaron allí, nadie amenazó la inocencia y entereza del juego. Pudimos haber penetrado en el bosque, pescar a los cazadores ebrios con las manos en la masa. Entonces, sin duda, nos habría disparado el rifle de caza, entre los ojos de nuestros rostros negros en la oscuridad. Y tal vez esos cazadores habrían corrido de la escena para dejar a otro
niño negro muerto en el desierto. Tal vez lo habrían dejado tirado allí, en el charco de sangre, y el bosque habría sido teñido con su inocencia. Y tal vez lo habríamos encontrado y llevado junto a su madre y familia. Y tal vez habría sido noticia en todos lados al día siguiente y lo habrían transmitido por radio, Tv y prensa. Tal vez habríamos contado nuestra historia: que jugábamos a socorrer a la madre naturaleza, buscábamos cazadores ebrios en el bosque. Quizás hubieran encontrado al criminal. Tal vez lo habían interrogado, tal vez arrestado, tal vez liberado, tal vez procesado y enviado a juicio. Sólo tal vez, el despreciable y ruin cazador borracho habría ido a la cárcel por homicidio involuntario. O tal vez por homicidio si nos hubiera sorprendido en el bosque aquella cruda noche
antes de disparar. Entonces, sí habríamos roto las botellas en cada calle por la causa. Con seguridad habríamos ido a prisión. Quizás, los policías nos habría disparado y matado en esas apáticas calles. Pero no éramos activistas ni mártires. Sólo éramos chicos negros que querían jugar.
2.Plan G
Por la nariz grande, G de Garbo
¡vaya elegancia olfativa!
herencia familiar
una montaña en erupción
de fuentes, de lomas
papá la heredó de la abuela
él me la escupió en la cara
aceitosa, cubrió mi cuerpo entero
¡G!, por ese pico de loro grande
ellos dicen que tengo plumas
pero de un tono más oscuro
No, no, no G por Gavilán
llámame Grey Falcon
las lágrimas se deslizan apacibles
cuesta abajo hasta las ondas de
dolor, las dilatadas fosas nasales
Tengo un hocico grande
gruño, relincho, aúllo
—Hey, ¿cómo huele con esa cosa
en China?, me dicen
Tal vez pueda cavar hasta allí
tomaré una bolsa, nadaré por
la tierra con esta pala dorada
Más allá de las lomas familiares
las que generó G en los huesos,
en la sangre, se heredaron las cicatrices
por tantos látigos
Psiques del pasado chamuscadas
por demasiados juegos de docenas
demasiadas risas, demasiados
cangrejos en barriles
Se quedan boquiabiertos ante
las narices y labios grandes
G por grandes muslos, grandes traseros
G por grandes ojos marrones
G por las lágrimas que se deslizan
crudas en los rostros oscuros, irregulares
transmisión de fuentes devastadas
Incluso ella sale de la habitación
lentamente, con la cabeza G de gacha
los pies salpicados por lagrimas
el niño entre brazos
se dirige a mí entre gemidos
—él hubiera tenido tu nariz.
3.Ámame como a tus armas
Soy tan negro como ellos
soy tu trofeo sobre el mantel
soy la pieza lateral en tu funda
Tienes derecho a llevarme
en tus brazos de dios
todopoderoso
Agarra el cuello del cotidiano acero
Soy tus cartas sucias
tus números traviesos
AR-15, 9 MM, tu .45
Tu ¡bang, bang, bang!
¡Pam! ¡Pum!
en la madrugada
Tu especial del sábado por la noche
Recibiré carga tras carga
una bala a la vez
Dame vueltas en tu dedo
lame mi manzana
antes de jalarme
y explotar
de una vez
4.Sobre un chico negro
“retrato no identificado” de Christopher Murphy, Jr-1937
aceite a bordo
La revolución descansa
detrás de sus ojos
donde las lagrimas de
las madres duermen
Una mente para explotar el
mundo que no vela por él
que rebosa más allá de su
rayita irregular
Se va sentando
pacientemente como
un reloj de arena
como la sonrisa de la Mosa Lisa
Pero está listo para correr todo el día
nunca se cansa
Anhela estrechar la mano de Dios
y la de su papi y la de su abuelo
que palmeen su hombro
y acaricien el parche de brezo
que tiene por pelo
La gente está lista para marchar
por las calles
Estará de vuelta por este lado
de la gloria
La Mona Lisa puede sentarse
y sonreír también
pero, ahora, algo pasa con
un chico negro que
muere
5.En el Titanic, George Zimmerman como Jack retrata a Trayvon Martin como Rose
Soy el rey del mundo todavía
Soy un chico con muchos talentos
echando mi suerte junto a las ratas en la tercera clase del barco
Vivo por mi ingenio mojado
con la adicción a la
próxima matanza
mis instrumentos
quirúrgicos
sobre el lienzo
Mis armas tienen dientes
Suaves cerdas con estirpe ofrendada
en plumas de ángeles caídos
Mis dedos gatillo son ángeles de luz
Tiemblas con la inocente blancura
de un contorno de tiza
Tu brazo justo encima de la cabeza
Tus piernas cruzadas en forma de cuatro
rezan para que suene el timbre final
nuestro pleito
nuestra danza
nuestro salvaje arte visual
Vísteme con tu roja provocación
en el lienzo de hormigón
No puedes oír el océano
a través de los agujeros en tu cuerpo
Nosotros
caemos
por la
cabeza
Buscaré consuelo en el valle
de la V en la palabra víctima
Te presento como el renacimiento del impresionismo
tu blando cuerpo negro presionando contra la calle
Tengo más cuerpos por acariciar a balazos
Llama a mi obra maestra:
Libertad
Estírate por encima de los rieles
los brazos extendidos
como un abatido mesías
Créeme
Suelta mi mano al gélido mar
Sólo sé
dulce Rosa negra
Nunca lo dejaré
nunca lo dejaré
Fotografía: Cortesía
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